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Comprar una ducha de jardín: ¿Qué hay que tener en cuenta?


En un cálido día de verano, después de realizar tareas de jardinería o de haber pasado un rato tomando el sol nada es tan revitalizante como una ducha. Una ducha de jardín es ideal para refrescarse rápidamente en el jardín o en la terraza y representa una alternativa más económica y que necesita menos espacio que una piscina.

Gran selección de duchas de jardín

Al comprar una ducha de jardín, es importante que elija el modelo óptimo de acuerdo con sus circunstancias. Hay disponible una amplia gama que va desde duchas de jardín baratas disponibles en tiendas de bricolaje hasta sofisticadas duchas de diseño que cuentan con varios chorros y salidas de agua. Además, también hay diferencias dependiendo de los materiales que se utilicen. Para garantizar la durabilidad a largo plazo de las duchas de jardín, la mayoría de los fabricantes confían en el acero inoxidable, la madera dura u otros metales inoxidables, como el aluminio. Algunos modelos son tan resistentes que incluso pueden dejarse en el jardín a la intemperie durante los meses de invierno.

¿Qué tipos de duchas de jardín hay?

En primer lugar, se puede diferenciar entre duchas de jardín de agua fría y de agua caliente.

  • Duchas de agua fría

Por lo general, la ducha del jardín se conecta directamente al agua del grifo a través de una manguera de jardín. En estos casos, se duchará con agua fría a una temperatura aproximada de 10 grados.

  • Duchas de agua caliente

Asimismo, también hay modelos fijos que están conectados a la tubería de agua caliente del hogar. En estos modelos es posible controlar la temperatura del agua, al igual que ocurriría en una ducha convencional.

  • Duchas solares

Una alternativa ecológica y económica a la instalación permanente en la red de suministro de agua caliente son las duchas de jardín que funcionan con energía solar. Al igual que una ducha de jardín de agua fría común, la ducha solar obtiene el agua a través la manguera de jardín. Sin embargo, este tipo de duchas operan de manera similar a una célula solar: el tanque solar fijo captura la energía solar y la utiliza para calentar el agua de la ducha en su interior hasta una temperatura de 60 grados. Esta agua caliente del depósito se mezcla con el agua fría de la manguera de jardín a través de una manivela para que pueda darse una ducha con agua tibia a aprox. 30 grados sin costes de calefacción adicionales.

Montaje e instalación de una ducha de jardín

Por lo general, la instalación de las duchas de jardín móviles simples se realiza con bastante facilidad y rapidez. Este tipo de duchas de jardín normalmente tienen una conexión para la manguera de jardín y una pica de tierra, por lo que solo hace falta clavarlas en el suelo. Después de conectar la manguera de jardín, la ducha ya puede comenzar a utilizarse directamente. Sin duda, la principal ventaja de estas duchas de jardín es que se pueden montar y desmontar de forma rápida y flexible.

Consejo: si la ducha de jardín no incluye una protección para el suelo, es recomendable que compre además una rejilla de madera. De esta forma protegerá el césped contra una humedad excesiva y también evitará ensuciarse los pies.

Asimismo, estas duchas de jardín también se pueden instalar de manera fija, p. ej., atornillándolas en una plataforma de madera o en un suelo de hormigón. Esto es habitual en las duchas solares. Fijarla hace que se pierda la flexibilidad, pero permite crear un espacio de ducha permanente, con un fondo sólido y decorativa y un desagüe limpio.

Cuando instale una ducha de jardín fija preste atención a los siguientes aspectos:

  • Lugar soleado

Tanto si se trata de una ducha de agua fría como de agua caliente, es importante encontrar un lugar adecuado. El mejor lugar es aquel donde dé el sol durante todo el día. Por lo tanto, tenga en cuenta los movimientos del sol y la formación de sombras en su jardín, las cuales suelen estar causadas por los árboles o los edificios contiguos.

  • Fondo

El siguiente paso es elegir el fondo correcto. La ubicación debe elegirse con prudencia, especialmente en el caso de las duchas de jardín instaladas permanentemente. Aunque ducharse en el césped es muy agradable, a largo plazo esto causa un ablandamiento del terreno. Por lo tanto, se recomienda instalar la ducha sobre suelos sólidos de hormigón o de madera, o pavimentar un espacio para ducharse en cualquier parte del jardín. Eso sí, siempre ha de tener en cuenta el drenaje del agua. El drenaje del agua se puede realizar, p. ej., a través de un desagüe integrado que esté conectado al sistema de alcantarillado doméstico. Alternativamente, puede excavar un pozo de unos 80 cm de profundidad en el área bajo la ducha y llenarlo de grava. Así, el agua se distribuirá en el suelo de manera lenta y uniforme sin inundar la zona circundante.

  • Colocación de la manguera de jardín

Otro aspecto importante al que debemos prestar atención es la colocación de la manguera de jardín. Se puede optar, p. ej., por una instalación superficial, para que la manguera de jardín discurra por el césped o el suelo de la terraza. Esta opción tiene la ventaja de que el agua en la manguera de jardín puede precalentarse gracias a la radiación solar. Por otro lado, si no desea que la manguera de jardín sea visible, tiene la opción de colocarla bajo tierra. No obstante, esta variante tiene un coste mayor, puesto que implica realizar una excavación en el terreno.

Cuidado y limpieza de la ducha del jardín

Las duchas de jardín simples hechas de acero inoxidable no requieren un cuidado y una limpieza demasiado laboriosos. Aunque son resistentes a la oxidación, pueden que el clima cause que la superficie pierda brillo y se vuelva mate. Para mantener el brillo se recomienda utilizar un esmalte de cromo.

Por su parte, en las duchas de jardín hechas de madera puede emplear los mismos productos de cuidado que para los muebles de jardín. Generalmente, la madera ya está impregnada por el fabricante y está destinada para uso en exteriores, pero tendrá una apariencia mucho mejor después de haber sido tratada con productos de cuidado especiales. Las superficies del suelo de madera también deben tratarse regularmente con cera o aceite para protegerlas de la humedad constante.

Las duchas solares necesitan un poco más de atención y cuidados. Como el agua se almacena en el tanque, puede formarse legionela, unas bacterias en forma de bastón que se propagan rápidamente en el agua tibia estancada. Estas bacterias pueden introducirse en nuestro tracto respiratorio a través del agua de la ducha y, en el peor de los casos, llegar a causar neumonía. Por lo tanto, evite almacenar el agua en el depósito de la ducha solar durante demasiados días y reemplácela con frecuencia como medida de precaución.


Conclusión:

Especialmente los niños se divierten mucho corriendo bajo el chorro de agua de una ducha de jardín y jugando con el agua fresca. Para los adultos, disponer de una ducha en el jardín es una excelente manera de refrescarse en los calurosos días de verano. En primer lugar, es importante diferenciar si prefiere una ducha de agua fría o de agua caliente. Por lo general, las duchas de jardín con agua fría se instalan rápidamente y, en consecuencia, son muy flexibles. Las duchas de jardín con agua caliente, p. ej., las duchas solares, constituyen una solución ideal, especialmente para las personas sensibles al frío. Este tipo de duchas son más caras y su instalación es más complicada, ya que generalmente se han de instalar de manera fija. Al instalar una ducha de jardín, sea del tipo que sea, es importante hacerlo en un lugar apropiado y prestar atención a la colocación de la manguera para no convertir su jardín en un pantano húmedo. Si tiene en cuenta estos pocos aspectos podrá refrescarse durante todo el verano con total tranquilidad.


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